martes, 26 de mayo de 2015

Los juguetes inteligentes de Google polarizan a la Web

Cuando una compañía solicita una patente no significa que la idea allí presentada vaya a terminar en el mercado. Tal vez sólo se busca proteger un método o una tecnología específica, y en muchas ocasiones, lo que encontramos sobre el texto es muy interesante. En otras, no hace más que llenar nuestras mentes con interrogantes. El último ejemplo proviene de Google con sus «dispositivos antropomórficos» que adoptan la forma de juguetes repletos con cámaras y sensores…
No hay duda alguna de que los juguetes tradicionales se encuentran atrapados en una competencia muy dura con los videojuegos y los dispositivos móviles. Las alternativas que dependen del mundo informático no dejan de avanzar, mientras que en el fondo, un muñeco de peluche sigue siendo exactamente eso. Esto llevó a las grandes marcas a desarrollar diferentes métodos y formar alianzas específicas para que sus productos puedan enfrentarse de manera más efectiva a sus rivales digitales.
El caso de Lego es uno de los más resonantes, con franquicias de alto perfil que incluyen a Marvel, DC, Disney (léase Star Wars), y Microsoft a través de Minecraft. Al mismo tiempo, Lego ofrece a su serie Mindstorms, la cual posee un excelente nivel de interacción con la nube. Sin embargo, no todos pueden ser Lego, o no tienen interés de serlo. Explorar atajos puede llevar a resultados muy extraños, y el último ejemplo es una reciente patente a nombre de Google.
La patente habla de «interfaces» para «electrónica interactiva» que soportan «indicadores sociales». En otras palabras, objetos como muñecos de peluche o robots equipados con motores, micrófonos, cámaras y sensores. Este conjunto de hardware, acompañado por el software adecuado, permitirá al juguete en cuestión detectar cuando alguien lo está mirando, reconocer comandos verbales (imagino al estilo «OK Google») e incluso transferir acciones a otros dispositivos, como la reproducción de audio y vídeo. Esto nos hace recordar al Amazon Echo, calificado por la prensa especializada como uno de los accesorios más frustrantes que todos queremos tener, y también existe Milo, opción desarrollada por RoboKind orientada a pequeños con autismo.
Ahora, ¿por qué nos hace sentir tan incómodos esta patente? La respuesta es sencilla: Habla de un producto destinado a los más pequeños de la casa. El texto tiene indicios de que cada juguete podría contar con los recursos para crear un «perfil digital» de cada usuario. Después de todo, si tu hija de 12 años es fan de Adventure Time y tu hijo de 6 no logra despegarse de Pokémon, lo cierto es que a cualquier proveedor de servicios le encantaría saber eso. Ahí es cuando la ecuación de esta patente se desmorona. Mattel aún está caminando sobre plomo fundido con su «Hello Barbie», no sea cosa que le pase algo similar al gigante de Mountain View…
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martes, 19 de mayo de 2015

¿Puede el calor borrar datos de un SSD?

El SSD es una de las mejores actualizaciones que puede recibir hoy cualquier ordenador. Con una buena administración y una dosis razonable de mantenimiento, el usuario promedio podrá luchar contra los límites de capacidad y conservar un nivel óptimo de rendimiento. Aún así, de acuerdo a Alvin Cox, uno de los principales investigadores de Seagate, los SSDs pueden perder datos si no se los almacena a la temperatura correcta…
Cuando decimos que el calor es uno de los enemigos mortales de la informática, no estamos exagerando. Sólo basta con ver de cerca los titánicos esfuerzos que realizan las compañías para mantener en equilibrio térmico a sus centros de datos. Túneles de viento, agua salada y hardware personalizado están a la orden del día, pero el calor también acecha a los usuarios individualmente. Ordenadores portátiles que se cuelgan, juegos con «artefactos» en la imagen causados por tarjetas gráficas mal ventiladas, procesadores que reducen su velocidad automáticamente para ganar estabilidad y fuentes de alimentación que explotan como petardos son parte del «combo maldito» que llega con cada grado de temperatura extra. Concedido: Tenemos herramientas muy importantes a nuestro alcance para combatir sus efectos, sin embargo, el calor tiene la capacidad técnica (y hago énfasis en «técnica») de causar problemas incluso fuera del gabinete, por ejemplo, borrando un SSD utilizado como respaldo.
De acuerdo a Alvin Cox, investigador senior en Seagate, las unidades de estado sólido son susceptibles a cambios importantes de temperatura en su entorno. El estudio publicado en la JEDEC (y no en nombre de Seagate) explica que los SSDs destinados al mercado empresarial pueden conservar datos sin energía durante dos años, siempre y cuando sean almacenados a un promedio de 25 grados Celsius. El descubrimiento de Cox es que por cada cinco grados de incremento en la temperatura, el tiempo de almacenamiento se reduce a la mitad. En consecuencia, un SSD guardado a unos poco favorables 35 grados podrá retener datos por un máximo de seis meses.
De todas maneras, esta información no representa ninguna urgencia. ¿Por qué? El estudio agrega que un SSD de consumo general puede conservar datos por un año entero si funciona durante ocho horas diarias a 40 grados, y su temperatura de descanso es de 30 grados, muy superior al promedio de cualquier ambiente normal. Obedeciendo a la «regla de los cinco grados» de Cox, un SSD conservado a 25 grados y funcionando a 40 grados verá duplicado su tiempo de retención a dos años. En resumen: La información es técnicamente correcta, pero es un poco más preocupante para el entorno empresarial, ya que tiene en consideración a un SSD que excedió su umbral de durabilidad de escritura, o está muy cerca de hacerlo. Los usuarios de a pie, podemos estar tranquilos.
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lunes, 18 de mayo de 2015

General Electric construyó un mini-motor de reacción con impresión 3D

Llega un momento en el que todo proceso de fabricación debe atravesar una prueba extrema, y eso es lo que decidió hacer General Electric con su complejo sistema aditivo láser, que fusiona múltiples capas de metal para dar forma a las piezas necesarias. El concepto fue nada menos que un motor de reacción, el cual logró alcanzar 33 mil revoluciones por minuto sin ningún incidente.
En lo personal, la idea de una impresión 3D funcional me parece mucho más relevante para la evolución de esta tecnología. Por supuesto, no hay nada de malo con imprimir adornos que serían prácticamente imposibles de hacer a mano, pero el verdadero potencial de las impresoras 3D surge al crear piezas de repuesto, implantes que no generan rechazo, y como en el caso de General Electric, un motor de reacción. Las compañías siempre están explorando diferentes maneras para construir sus productos con una mayor eficiencia, y el gigante de Connecticut no es la excepción. Cuando los niveles de precisión son lo suficientemente altos, la fabricación aditiva posee varias ventajas sobre su contraparte sustractiva, comenzando con un menor desperdicio de material, y una intervención «post-impresión» más baja sobre cada pieza.
GE no trasladó la complejidad de un motor de reacción a escala real en la impresora 3D (una EOSINT M 270), pero sus ingenieros optaron por los planos de un motor similar destinado al mercado del radiocontrol. Allí comenzó el proceso de ajustar los planos para adaptar y optimizar la construcción por vía aditiva, sin embargo, la diferencia más importante es que GE utilizó aleaciones de alta resistencia y alta temperatura, que definitivamente no están al alcance de los entusiastas del radiocontrol. Aún así, la mayoría de las piezas no pueden escapar a cierto «post-procesamiento», incluyendo el pulido. En total, el motor de reacción tiene unos treinta centímetros de largo por veinte de alto.
En aplicaciones directas, General Electric también ha logrado que la impresión 3D avance. A mediados de abril, la FAA estadounidense aprobó la utilización de un componente fabricado bajo proceso aditivo para los motores GE90 que la compañía ofrece a aviones de muy alto perfil como el Boeing 777. Imagino que en el futuro cercano GE tratará de obtener certificaciones para una mayor cantidad de piezas. El motor de reacción impreso completamente en 3D tal vez se encuentre un poco lejos en el calendario, pero lentamente nos vamos acercando, y no podemos negar que se ve muy bien.
http://www.neoteo.com/general-electric-construyo-un-mini-motor-de-reaccion-con-impresion-3d/